La buena racha de Justin Bieber parece haber llegado a su fin. Todo halagos, a finales de 2010, su nombre no hacía más que acompañarse de admiración.
Ser el artista más buscado del año, tener uno de los discos más vendidos y resultar ejemplo para colegas de profesión fueron algunos de los títulos que el canadiense apuntó en su lista antes del nuevo año.
No comenzó mal este 2011, sin embargo. La sorpresiva portada de 'Vanity Fair' para el mes de febrero llegaba mientras él y Selena Gómez se reponían de sus breves vacaciones en aguas caribeñas. No sólo las declaraciones de Kathy Griffin y las amenazas de los 'Beliebers' han hecho mella en el cantante.
Él mismo se sirvió de la entrevista concedida a la revista para tirarse piedras sobre su propio tejado. Justin Bieber, de 16 años, declaró a la entrevistadora que, antes de sus actuaciones, le gustaría tomar LSD, una droga semisintética conocida por sus efectos psicológicos. El comentario calló como una bomba. ¿Acaso desconoce el vídeo de Miley Cyrus fumando hierba en una pipa?
Posiblemente, sí; al igual que las reacciones que éste ha causado. La entrevistadora no pudo más que mudar la cara, mientras que el canadiense no pudo más que retirar lo dicho: "Relájate, sólo estoy bromeando". Por el bien de todos, que así sea.
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