El fin de semana antes de que Taylor Swift cumpliera 21 años (el 13 de diciembre), había estado paseando con su pareja, el actor Jake Gyllenhall por las calles de Nashville, donde se encontraron con una pequeña tienda de instrumentos, muy frecuentada por reconocidos músicos. Dentro de ella, la cantante de “You belong with me” vio una guitarra que le llamó muchísimo la atención: Una Fender Gretsch, autografiada por el gran Chet Atkins, ícono de la música country, que murió en 2001.
En un principio, Jake lo iba a hacer como un regalo cualquiera, según ha contado una fuente, pero luego pensó que ése sería el regalo perfecto para el cumpleaños de Taylor.
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