Guillermo, de 28 años, y Middleton, de 29, intercambiaron sus votos ante casi 2.000 invitados en la abadía y ante una audiencia en televisión e internet de millones de personas.
Fueron declarados casados formalmente por el arzobispo de Canterbury Rowan Williams, líder espiritual de la Iglesia de Inglaterra.
El novio llevaba el brillante uniforme rojo de coronel de Guardias Irlandeses mientras las campanas repicaban cuando entró en la histórica abadía, mientras que la novia llevaba un vestido diseñado por Sarah Burton, firma de Alexander McQueen.
Entre los invitados que llenaron la iglesia de coronación de la monarquía desde que Guillermo el Conquistador fue coronado allí en 1066 había realeza de todo el mundo -entre ellos los invitados españoles, la reina Sofía y los príncipes Felipe y Letizia-, políticos y amigos, además de famosos como David y Victoria Beckham o Elton John.
En representación de Colombia asistió el embajador ante el Reino Unido, Mauricio Rodríguez, quién en nombre del país obsequió a la pareja real una vasija de plata, diseñada por la orfebre vallecaucana, Alexandra Agudelo (premio Lápiz de Acero en tres ocasiones).
Miles de personas de todo el mundo esperaban en el exterior, muchos de ellos después de pasar la noche acampados, en un intento de ver a los futuros reyes del país, impulsando una sensación de bienestar que ha sacado al país brevemente del desánimo por la crisis económica.
“La gente que vea esto debe pensar que estamos completamente locos, pero simplemente no hay comparación”, dijo Denise Mill, una mujer de 58 años del sur de Inglaterra. “Simplemente tenía que estar aquí, declaró.
Junto a ella, la multitud se imbuyó en el espíritu festivo en un día fresco y nublado, ondeando la bandera nacional, que ya inunda las calles de la capital británica.
El casamiento de Guillermo y Kate, ha destacado en gran parte por el significado histórico que lo enmarca, en un momento donde la realeza inglesa muestra un inmenso cambio cultural, tradicional y hasta en los exigentes protocolos que caracterizan a la aristocracia londinense.
Middleton, por ejemplo, no prometió “obedecer” a William al pronunciar sus votos matrimoniales frente a una congregación formada por miembros de familias reales, políticos, celebridades y amigos.
En una entrevista local, la embajadora de Gran Bretaña en México, Judith Macgregor, dijo que Inglaterra ve en la boda real “Una combinación, dos personas jóvenes, modernas, con la tradición importante de la familia real en el país, que será una causa de celebración en el mundo”
Diversos analistas han coincidido en que es una de las bodas reales mas especiales, en primera instancia porque los príncipes ahora se casan por amor, lo mismo da que sea una plebeya -como es en este caso-, además se trata del hijo mayor de Diana de Gales, la princesa del pueblo.
Por esta razón, para recordar a la princesa Diana, muerta en 1997 en un accidente de automóvil en París, la pareja eligió abrir la parte musical con el himno cantado en su funeral en la abadía de Westminster donde se celebró la boda.
muy linda la boda...me encantó
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